La presente exposición titulada FRAGMENTOS, ÁNGULOS Y DISIDENCIAS que presenta Paolo Vigo es la conjunción de propuestas que formaron parte de sus últimos proyectos individuales. En ambos casos, son reflexiones en torno a la condición humana, las cuales se enmarcan en estos contextos de pandemia y crisis sanitaria mundial. 
Partiendo de las ficciones que transitan en los medios virtuales y las transmisiones de comunicación en línea, donde circulan informaciones ilusorias o imágenes virtuales, Paolo ha construido sus propuestas de manera ex profesa a fin de hacernos caer en una especie de trampa óptica y sorprendernos en torno a este proceso de la imagen reflejada o como reflejo de algo, un síntoma. 

Cajas escultóricas y ahora impresiones exquisitas que son parte de este proyecto, elaborados mediante un lenguaje simbólico; cada una de ellas constituyen representaciones incompletas de cabezas de personajes anónimos y andróginos, en situaciones de aislamiento y en algunos casos, en estados de alteración y disolución corporal. 

El arte de nuestros días es muy incierto y responde a una serie de agentes que, por su naturaleza cambiante, acaban por direccionar y alterar el ámbito cultural. Todo ello se percibe como una proyección cultural que se moviliza por el campo de lo visual, lo cual nos lleva a reconocer que en el mundo actual, todo es imagen. 
El ser humano tiende a recibir y también generar imágenes. Es parte de su condición; sin embargo, esto conduce a cuestionar la visualidad por estar atada a subjetividades, a pesar de que ella, nos ayuda a construir un perfil de la realidad, a determinar nuestras formas de ver y relacionarnos y consolidar nuestros conocimientos. 

Retratos impersonales acompañados de elementos florales o plantas, insectos, pistolas o máscaras antigases, resultan ser trampas ópticas que sirven para remarcar el sentido de ficción y enajenación de la condición humana la cual es construida desde la educación y la cultura.

El sentido del espejo, como símbolo de los tiempos actuales, es un elemento incorporado que representa no solo la vanidad, sino también cómo la imagen es asida y reflejada, además del proceso de construcción de la información y conocimiento en el que se alude al simulacro o simulación.  

“Angulo de incidencia”, incide en la situación de rebote y expansión de la idea visual que pone en cuestionamiento el grado de verdad de la imagen, sea por procesos espontáneos o por creación bajo cierta conciencia e intención personal o colectiva. 

 

El otro eje lo constituye un díptico que, a diferencia de su conjunto anterior, este se introduce en el expresionismo abstracto mediante la técnica de la repulsión haciendo que sus pigmentos adquieran una separación azarosa respecto a la base del lienzo, generando una serie de manchas y formas espectrales sugerentes. 
La propuesta, sin embargo, tiene una directriz precisa. En el díptico realizado en la gama de azules, se detecta dos figuras humanas reconocibles por el empleo del blanco, denotando cual fantasma, un estado de desvanecimiento que refiere a la situación crítica de la pandemia respecto al ser humano.
Esta pieza enmarcaría el camino hacia la disipación de lo formal y un conjunto de obras abstractas donde la referencia a la figura humana ha terminado por extinguirse para dejar en primeros planos, manchas que se movilizan sobre el espacio del lienzo, con apenas unos ligeros toques en dorado a modo de rastros.  Estás pinturas corresponden a la serie “Fragmentos y Disipaciones en un contexto de Desolación”.
Sentido de desgaste, erosión y pérdida es lo que predomina en este segundo cuerpo de obras que refiere al proceso del Covid-19 del que padeció Vigo y lo condujo a diversos momentos de angustia y pánico al tener sensaciones de ahogo y en medio del aislamiento, la idea de la muerte.  

Juan Peralta
Agosto de 2021

 

FRAGMENTOS Y DISIPACIONES EN UN CONTEXTO DE DESOLACIÓN
 

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